#ElPerúQueQueremos

foto: correo

Chile y Perú

Martín Tanaka reflexiona sobre el rol de las élites en ambos países a propósito del trabajo de Maritza Paredes

Publicado: 2014-01-26


En estos días en los que se comentará mucho sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya respecto a la delimitación de la frontera marítima con Chile, podría ser interesante pensar en algunas ideas que surgen de la comparación entre nuestros países.

En primer lugar, está la pregunta de qué explica las diferencias que se registran desde las primeras décadas de la vida republicana más notorias considerando que durante la Colonia, el virreinato del Perú tenía preeminencia sobre la Capitanía de Chile.

En las primeras décadas de vida independiente padecimos de una gran inestabilidad; las cosas empezaron a cambiar alrededor de 1830 en Chile y de 1845 en Perú. En esos años se da un primer despegue económico, que da pie a un notable desarrollo estatal e institucional en Chile, que se da muy precariamente en Perú. Esa diferencia de desarrollo relativo ayuda a entender, por supuesto, el resultado de la Guerra del Pacífico.

En general, desde el Perú ha tendido a pensarse que esto se explica por la división de nuestras élites, mientras que las chilenas habrían estado imbuidas tempranamente por un sentido de proyecto. Sin embargo, la colega Maritza Paredes en diversos trabajos ha mostrado que la prosperidad chilena está basada en una estructura económica más diversificada y equilibrada, que ayudó a sentar las bases de una comunidad política más proclive a negociar y llegar a consensos, los que facilitaron la construcción de instituciones con mayor autonomía y eficiencia. Esto también permitió crear un sistema de representación política más estable. Por el contrario, la prosperidad peruana de mediados del siglo XIX se debió casi exclusivamente en la renta guanera, lo que generó una cultura rentista, una disputa exacerbada por el control del Estado, una comunidad política más dividida.

Lo que no suele contarse en esta historia es que la consolidación de la élite chilena llevó también a que esa comunidad política fuera más oligárquica y excluyente; por el contrario, la precariedad de nuestras élites las hizo siempre más proclives a hacer concesiones e incorporaciones parciales; de allí la persistencia de agudos problemas de desigualdad en Chile, más fuertes que en el Perú. Los problemas distributivos y una arena política competitiva ayudan a entender la grave polarización social de ese país en las décadas de los años sesenta y setenta, que explican también a una dictadura como la de Pinochet. Estos conflictos debilitaron el crecimiento de Chile, que permitieron que Perú alcanzara su producto per cápita a mediados de los años setenta del siglo pasado. Por el contrario, el populismo ha sido un elemento central en nuestra práctica política, a diferencia de Chile, y nosotros tuvimos una dictadura reformista como la de Velasco, que continuó la lógica de concesiones e incorporaciones parciales de sectores excluidos.

Con la transición a la democracia se pueden también explorar otras comparaciones, que espero poder hacer la próxima semana.

Fuente: La República


***


Bonus: Puedes revisar Martiza Paredes (2010) Formación del Estado, estructuras impositivas y abundancia mineral en Chile y Perú, 1850-1930s. CAF Documento de trabajo N° 2010/05.  


Escrito por

Social

Blog dedicado a la difusión de información sobre ciencias sociales. Si quieres mandar colaboraciones: mulaccss@gmail.com


Publicado en

Estado de la cuestión

Blog dedicado a la difusión de información sobre ciencias sociales. Si quieres mandar colaboraciones, noticias, enlaces: mulaccss@gmail.com